Las revolucionarias estrategias para rehabilitar un paciente
Con técnicas no invasivas como la estimulación magnética y el hallazgo de la plasticidad de las neuronas, hoy es posible potenciar la capacidad adaptativa que, se supo, tienen las células cerebrales para crear nuevas conexiones y suplir áreas del sistema nervioso dañadas en un accidente cerebrovascular
Allá lejos y hace tiempo quedó el concepto que aseguraba que las neuronas eran finitas y que una vez afectadas era imposible recuperarlas.
«Los estudios más recientes demostraron que el sistema nervioso tiene la capacidad plástica de regenerarse y reorganizarse luego de ocurrida una lesión cerebral, por lo que nunca es tarde para rehabilitarse, incluso varios años después de haberla padecido». Con esas palabras, el médico neurólogo Máximo Zimerman dio por iniciada su exposición en una nueva edición del Simposio Internacional de Fundación Ineco «Nuevas fronteras en neurorehabilitación, plasticidad y recuperación cerebral», que tuvo lugar ayer en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
En diálogo con Infobae, el especialista se explayó sobre su alocución en el encuentro sobre «técnicas de estimulación no invasiva cerebral: una estrategia moderna en la rehabilitación del stroke«.
Hoy se sabe que alrededor de un área cerebral dañada hay otras que pueden reorganizarse y tomar el control
«Antes se concebía que el número de neuronas era escaso y una vez afectadas no se podían recuperar; ahora se sabe que lo más importante son los circuitos. Hoy sabemos que podemos aumentar la excitabilidad en una zona cerebral dañada o alrededor de ella y que hay áreas que pueden reorganizarse y tomar el control después de que otras zonas hayan sido afectadas», sintetizó el director de la Clínica de Neurorehabilitación de Ineco. «De esta manera estamos creando nuevos circuitos, nuevas conexiones: un nuevo mapa de reorganización cerebral».
Básicamente, la novedad radica en dos técnicas diferentes. La estimulación magnética transcraneana (TMS, su sigla en inglés) es una técnica bastante moderna que tuvo sus primeros experimentos en seres humanos en Alemania. «A través de una bobina electromagnética que se coloca sobre el cuero cabelludo se estimulan distintas áreas y este campo se traduce en un campo eléctrico, que activa directamente a las neuronas -explicó Zimerman-. Se basa en poder modular fenómenos neuroplásticos cerebrales».
El también director de la Clínica de Stroke de Ineco señaló que «el cerebro es un órgano plástico, que a medida que tiene un aprendizaje nuevo se va modificando, y una forma de modificarlo es el entrenamiento». «A través de la estimulación podemos potenciar estos fenómenos adaptativos cerebrales que mejoran la funcionalidad», agregó.
«La otra técnica es un poco más simple y consiste en la aplicación de pequeñas dosis de corriente en el cráneo con electrodos estratégicamente dispuestos de manera de generar un cambio en el potencial de las membranas en reposo», puntualizó el especialista sobre la estimulación con corriente directa transcraneana (TDCS, su sigla en inglés), y agregó: «Cada neurona tiene una posibilidad de excitabilidad; con esta técnica se vuelve más excitable un grupo de neuronas, un área, tenemos menos localización espacial que con TMS, por eso al estimular la región tenemos que pensar siempre en el circuito».
Y tras asegurar que «son técnicas que si bien la FDA aprobó su uso en 2008 para casos de depresión refractaria y están en estudio para una gran cantidad de enfermedades», Zimerman destacó que «en el tratamiento del ACV debe utilizarse como método coadyuvante en la recuperación».
A medida que avanzamos y entendemos mejor los mecanismos cerebrales podemos acceder a elementos que permiten potenciar la recuperación para tratar de suplir el daño
Zimerman, que se graduó en neurología en la Universidad Nacional de Tucumán, estuvo 12 años en Hamburgo, Alemania, capacitándose y hace dos decidió volver a la Argentina a poner en práctica todo lo estudiado e investigado.
Atendió a más de mil pacientes en el Viejo Continente y en el país participa en seis protocolos de investigación desarrollados entre el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia Alemana de Investigación Académica, en el que tratan a 60 pacientes con deterioro cognitivo y rehabilitación por ACV.
Grupos de investigación en todo el mundo trabajan con estas técnicas sobre la base de que «la ciencia detrás de la neurorrehabilitación es la neuroplasticidad«, enfatizó el experto, para quien el gran avance en el tratamiento de estas patologías es «el descubrimiento de la plasticidad de neuronas», pero siempre como un complemento en la rehabilitación de los pacientes.
«A medida que avanzamos y entendemos mejor los mecanismos cerebrales podemos acceder a elementos que permiten potenciar la recuperación para tratar de suplir el daño», finalizó.
Cerca de 200 profesionales de la salud mental -más la misma cantidad vía streaming– entre los que se encontraban neurólogos, fisiatras, médicos clínicos, gerontólogos, terapistas ocupacionales, kinesiólogos, neuropsicólogos, psicólogos, psiquiatras, musicoterapeutas y otros tantos especialistas que trabajan o están interesados en trabajar en neurorrehabilitación, participaron de este encuentro donde pudieron compartir saberes teóricos y prácticos que podrán ser implementados en la evaluación y el tratamiento de sus pacientes.
Para cerrar el encuentro, el neurocientífico Facundo Manes, presidente de Fundación Ineco, entregó un reconocimiento a la excelencia en su tarea científica al doctor Leonardo Cohen, quien disertó sobre el impacto de la neuromodulación del aprendizaje motor en neurorrehabilitación. «Se trata de un compatriota que representa lo mejor de nuestro país: la búsqueda de la verdad, la ética, el estudio, el conocimiento, el mérito de un argentino que nos representa cada día como embajador en todo el mundo», concluyó.
Fuente: Infobae
Por Valeria Chavez